domingo, 27 de abril de 2008

"La estrella del destino" (1996)

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Edición original: L´étoile du desert

País: Francia
Guión: Stephen Desberg
Dibujo: Enrico Marini
Tinta: Enrico Marini
Color: Enrico Marini

En Washington, en 1870, un terrible crimen cambia para siempre la vida de Matt Montgomery: su mujer ha sido cruelmente mutilada, y a su hija le han grabado un extraño símbolo en el hombro, una estrella de siete puntas. Montgomery empieza así la búsqueda del asesino, una búsqueda que lo conducirá por un camino lleno de peligros y aventuras, en medio del Salvaje Oeste de los pioneros.La estrella del desierto se ha convertido por méritos propios en uno de los westerns más conocidos del panorama del cómic francobelga gracias a los dibujos de Enrico Marini, fiel seguidor de las técnicas orientales de grandes maestros como Katsuhiro Otomo, y ahora recopilados en un solo volumen aderezado con bocetos y material extra.

El otro día me compré en la edición en cartoné de 120 páginas que se ha sacado este año con motivo del salón del cómic de Barcelona un cómic que se publicó en 1996 en dos entregas y que fue fruto de la colaboración entre Stephen Desberg y Enrio Marini, que después colaboraron de nuevo en la serie de “El escorpión”.

Seguramente para casi todos los que estéis leyendo ahora la única noticia si hablo de este cómic sea la nueva edición absolute de Planeta, pero como yo no lo conocía permitidme que hable de él aprovechando la ocasión.

Para empezar decir que yo no soy comprador habitual de cómics, aunque gracias a Mañik y a Vic y a Vianews y Comicvia me he ido metiendo progresivamente en el mundillo. Suelo comprar alguna vez algún título que me recomiendan o algún cómic que veo interesante. Me atraen sobretodo los títulos de cómic europeo por aquello de la minuciosidad del dibujo de la mayoría de ellos y evito en gran parte las series de superhéroes (sé que hay maravillas como “Watchmen” o “El señor de la noche” y muchas más, pero ese tema, no sé, nunca me ha atraído demasiado salvo en el cine, quizás no lo disfruté en su momento y se me pasó el arroz). A lo que voy es que trato de buscar un tipo de cómic “adulto” y con dibujos elaborados. En cuanto vi “La estrella del desierto” ni lo dudé por un momento, a la cesta de la compra.

No me arrepiento. Lo he devorado en dos tandas de lectura y eso en mi caso, creedme, es mucho decir porque me suele costar leer todo lo que empiezo porque ni invierto mucho tiempo, ni consigo hacerme huecos en el día para ello ni mi capacidad de concentración (bastante rebelde mi mente) me permite prestar atención durante mucho rato a lo mismo y sin embargo, en esta ocasión he quedado atrapado por completo.

Creo que gran parte del atractivo de este cómic es la mezcla entre western y serie negra. Viene a ser como una novela de esas en la que se basa el cine negro pero trasladada al western. Saco a colación también el cine porque si lo leeis veréis que su “construcción” por así decirlo es muy cinematográfica y recuerda en cierto modo a “Sin perdón” argumentalmente además de que el protagonista viene a ser algo así como un cruce entre Sean Connery y Burt Reynolds.

Argumentalmente no es muy denso, pero si lo son sus implicaciones, la doble moral que acompaña al protagonista, las dudas éticas que provoca el comportamiento de unos y otros porque los “malos” no terminan siéndolo tanto y los “buenos” tampoco. De fondo hay varios temas propios del western que invitan a la reflexión sobre cómo éste se fue construyendo, para nada idílica o épica como se nos mostró en algunos grandes clásicos del género. En realidad genéricamente este título se acerca más al western contracultural de los setenta, cuando se reivindicó al pueblo indio y se sacaron a la luz los aspectos más sórdidos del mundo fronterizo que iba avanzando con el ferrocarril.

Su lectura es muy recomendable pero no para cualquier lector porque no se eluden aspectos sórdidos y hay un alto componente sexual en el argumento. El guión me parece francamente bueno en cualquier caso y también me lo parecen los dibujos, detallistas, limpios, con viñetas grandes y un atractivo uso de los colores.

Por lo que a mí respecta es perfecto. Es lo que yo personalmente busco en un cómic.

lunes, 14 de abril de 2008

"Dragonlance chronicles" volumen 01

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DRAGONLANCE CHRONICLES 1.
EL RETORNO DE LOS DRAGONES
NORMA EDITORIAL
(Col. Alquimia 5)
Andrew Dabb - Steve Kurth
Bimestral (1 de 4)
Formato: Prestigio
17 x 26 cm 96 pág.
Color
PVP: 9,75
POR FIN LLEGA LA ADAPTACIÓN EN CÓMIC DE LA ACLAMADA SERIE DE NOVELAS DE FANTASÍA Y JUEGOS DE ROL DE LA DRAGONLANCE.Para los que disfrutaron con las aventuras de Tanis el semielfo, Raistlin el mago y Flint Fireforge el enano, como para los que quieran iniciarse en el universo DRAGONLANCE, este cómic es imprescindible. Después del gran Cataclismo y la destrucción del mundo de Krynn, varios amigos pertenecientes a distintas razas buscan cuál es la maldad que se expande por el universo, y si los dioses del Bien harán algo por solucionarlo. La clave parece residir en una vara mágica que poseen dos bárbaros. ¿Serán capaces todos ellos de salvar Krynn y traer de vuelta a los dioses Verdaderos?
Uno de los grandes problemas a la hora de adaptar novelas a cualquier otro medio de expresión artístico es que resulta muy complicado (por no decir imposible) estar a la altura de lo que las palabras provocan en nuestra imaginación. Mucho más lo es cuando hablamos del género fantástico porque por definición algo fantástico no es real y se crea en nuestra mente.

Si fue difícil adaptar “El señor de los anillos” al cine pese a contar con, probablemente el mejor director y equipo posibles, se me antoja mucho más complicado adaptar al cómic una serie como la de las Crónicas de la dragonlance, sobretodo porque traicionará sea como fuere a la imaginación de todos los que hayan leído la saga, que se contarán por cientos de miles. Hay que tener en cuenta que el cine sí permite ahondar en el detalle gracias a la sucesión de imágenes por segundo, pero un cómic queda limitado por lo que puede contarse en unos cientos de viñetas y por muy bien hecho que esté siempre va a ser inferior a la novela. Partamos de esta base y valoremos el comienzo de esta saga según ello.

Particularmente el primer volumen de Dragonlance Chronicles que ha publicado Norma Editorial con dibujos de Steve Kurth y guión de Andrew Dabb me parece digno, aunque estoy de acuerdo en que era mejorable. Está por debajo de mi imaginación pero lo encuentro aceptable, no me defrauda (tampoco soy un devorador de cómics y en esto sólo hablo como un mero curioso que ha leído la novela en que se basa “El retorno de los dragones” y ahora también este ejemplar).

Entiendo que el dibujo y la línea argumental respetan al máximo la imaginería que pensaron para la novela Margaret Weis y Tracy Hickman, entiendo que los personajes, al ser roles están bien definidos y se corresponden con lo que esperamos de ellos y que la historia avanza a lo largo de las casi cien páginas de forma correcta, pero es imposible sustituir algo que en su día imaginamos por algo que ahora vemos y no se ha logrado superarlo en esta adaptación por muy cerca que se haya quedado.

Es una lectura obligada para quien esté interesado en el género y para comprobar cómo se h trabajado la adaptación, pero nunca recomendaría que se leyera antes que la novela. Su único sentido es como lectura complementaria y sólo por eso (y siempre en mi opinión de no entendido) este cómic es un cómic inferior al propio material en que se basa.

domingo, 13 de abril de 2008

"La cosa nostra" (Nº1.Primera época)


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Tomo 17 x 24 cms, tapa dura, 224 páginas a color
ISBN: 84-674-2641-1
Guión: David Chauvel
Dibujo: Erwan Le Saëc
Esta es la historia de una nación. La que se ha dado en llamar "el quineuagésimo segundo Estado". Mafia, Cosa Nostra, Camorra, Organización, Sindicato... Llámenla como quieran. También es la historia de los hombres que la construyeron. Rothstein, Luciano, Lanzky, Costello... Por último y, sobre todo, es la historia de su ciudad: Nueva York.


Yo diría que este cómic, primero de una serie que hasta ahora cuenta con tres números aparecidos en las tiendas, es no apto para todos los públicos y no me refiero con ello a que su contenido no sea adecuado para determinados tramos de edad sino a que es un tipo de cómic con un lector potencial muy concreto, adulto, interesado en la temática que desarrolla y en la minuciosidad.

Este primer volumen desarrolla con cierta libertad argumental hechos reales, documentados (en la edición de Planeta podemos encontrar unos magníficos apéndices que informan sobre los personajes que aparecen en la historia) e ilustra sobre cómo se fue gestando la vida de Nueva York y dentro de ella como fue creciendo la mafia. Dividido en cinco partes a lo largo de sus 210 páginas presenta desde 1909 hasta 19191 (cuando la Ley seca está a punto de establecerse) el ir y venir de los “Lucky” Luciano, Arnold Rothstein, Meyer Lansky o Frank Costello que conocemos por infinidad de películas y series como integrantes de la cosa nostra en Estados Unidos.

Es un cómic complejo y denso en el que van desfilando personajes que hay que ir identificando a lo largo de las páginas, relatado en flashbacks por un anciano que dice ser testigo de los acontecimientos narrados y cuya identidad vamos intuyendo poco a poco. Los hechos van y vienen en el tiempo porque lo importante desde el comienzo es dar una visión de conjunto y las historias de los personajes se entrecruzan y crean una compleja red de causas y efectos en la que los detalles son relevantes y exigen una lectura atenta (es un cómic que hay que leer con detenimiento y más de una vez para sacarle su jugo, aunque merece la pena hacerlo si el tema interesa).

Al parecer la serie fue publicada inicialmente en Francia y tuvo tanto éxito que dio lugar a una segunda parte y hay actualmente en circulación un tercer volumen editado por Planeta.

Yo recomendaría este cómic a todos aquellos a los que interese cómo se fue haciendo Nueva York, como cohabitaron las bandas y cómo influyeron socialmente los matones o capos que hicieron historia, caso de Al Capone. Es una lectura complementaria además a tantas películas y series que hemos visto como la saga de “El padrino” y tantas otras. En muchos casos las viñetas me recordaban también a lo que Sergio Leone consiguió con su magnífica “Érase una vez en América”, con la que este cómic tiene mucho en común.

miércoles, 9 de abril de 2008

Tintín en el Congo (Hergé, 1930)

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Tintín viaja a el Congo, donde es una celebridad, para hacer un reportaje gráfico mientras va de cacería. Un tipo trata de acabar con él compinchado con el brujo de la tribu de los Babaoruom, pero Tintín desbarata sus planes y descubre que ha sido enviado por Al Capone.

Aunque la editorial Juventud lo publicó como primer título de la colección en realidad era el segundo album de Hergé. El dibujante belga recibió el encargo de hacer viajar al personaje al Congo, entonces colonia belga. Fue publicado en blanco y negro con 110 páginas, pero en el año 1945 Hergé lo redibujó ya en color dejándolo en las 62 páginas habituales. El album tiene un cierto toque colonialista y racista por lo que está prohibido en algunos países como China.Como curiosidad reseñar que en la primera viñetas aparecen por primera vez Hernández y Fernández al fondo.



Las aventuras de Tintín fueron uno de mis cómics preferidos durante mi infancia-adolescencia, pero no fue este album el que me enganchó y de hecho es uno de los que menos aprecio de toda la colección aunque tiene gracia por aquello de ser el primero. En realidad mi primer cómic de Tintín y el que me atrapó fue "Los cigarros del faraón".

Pese a ser el tradicional comienzo de las colecciones de Tintín no es un buen álbum. Se da por hecho que se conoce al personaje y no se le presenta. Sólo se dice de él que "parece que es un joven reportero que marcha a África". Es una de las aventuras menos conseguidas de Hergé y tiene un tono humorístico que no acaba de funcionar por cuanto usa una fórmula cómica que no deja demasiado bien al héroe (mata varias gacelas, utiliza la piel de un mono, se lleva los colmillos de un elefante y explota un rinoceronte con dinamita). El argumento es flojo y reposa en exceso en sketches que buscan una comicidad pueril (eso en sí no es algo negativo pero reduce los lectores potenciales a los que puede cautivar, ejemplo de ello es el protagonismo de Milú, que habla a los lectores y concentra la atención en las primeras páginas) y la parodia de la vida en África (véase la estación de tren de la página 21).

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