Guión : Jean-Yves Ferri
Dibujos : Didier Conrad
Título original: Astérix et la Transitalique
Editor : Les Editions Albert René
Primera edición en álbum : 19 de octubre de 2017
Reseña editorial: El 19 de octubre vuelve la magia de Astérix: los famosos personajes creados por Goscinny y Uderzo regresan en su aventura número 37, la tercera firmada por Jean-Yves Ferri y Didier Conrad. Hablamos de Astérix en Italia, que llevará a nuestros héroes hasta la península italiana. Esto les permitirá conocer a fondo la sorprendente Italia antigua y a los números pueblos itálicos que viven allí.
Una de las cosas que más me gustan de los últimos álbumes de
Astérix, escritos y dibujados respectivamente por Jean-Yves Ferri y Didier
Conrad (llevan ya tres) es el estricto respeto al dibujo y el espíritu de los
álbumes clásicos. Cuando los lees crees estar leyendo realmente uno de los
títulos de siempre de Uderzo y Goscinny, lo cual no deja de ser un placer en sí
mismo. En esta ocasión vuelve a ocurrir, por lo que hay que confirmar ya que la
continuidad de la saga está en buenísimas manos. No es una sospecha, es un
hecho.
En esta ocasión y para el trigésimo séptimo álbum nos
plantean un argumento que, en cierto modo, recuerda a “La vuelta a la Galia” y
“Astérix en los juegos olímpicos” por la carrera a través de Italia (en aquella
era un viaje a través de la Galia) y por la competición que organiza Roma y
que, por decreto de César, tiene que ganar sí o sí un romano. También tiene
algo de los “autos locos”, aquella serie de televisión de Hannah y Barbera que recordaremos los más talluditos. No
obstante, el guión no suena a repetido y está trufado del humor típico haciendo
chistes con los nombres de los personajes (uno de los corredores se llama
Madmax), usando equívocos cronológicos y sobretodo enfrentando las
características antropológicas de los pueblos en tiempos de los romanos.
El título original es “Astérix et la Transitalique”
que traducido literalmente vendría a ser “Astérix y la transitálica”, pero en
español lo han cambiado por un “Astérix en Italia” que resulta algo curioso porque en cuanto a títulos Astérix había
estado en la Galia, en Hispania, en Bélgica, en Bretaña, en Córcega, pero no en
Italia.

La idea de base de la historia es buena, la presentación
también y el desarrollo para mi gusto muy entretenido y con alguna sorpresa
(como la identidad del gran auriga enmascarado que compite por Roma), aunque al
final enloquece un poco y se despacha quizás demasiado rápido. Cuando me
aproximaba al final tenía la sensación de que me quedaba un rato por leer y en
cambio, me quedaban un par de hojas, como si les hubiera dado para más pero al
final lo hayan acortado para no exceder el número de páginas habituales.