jueves, 17 de julio de 2014

“El agua prodigiosa” (Peyo, 1957)



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Título original: La Source des dieux, 1957     

De vuelta a casa tras su estancia con los vikingos Johan y Pirluit naufragan y al despertar defienden al anfitrión que los acoge de un recaudador que poco después llega con un grupo de hombres de un tal Purkoespín a buscarles. Los lugareños les cuentan que desde que una bruja los maldijera nacen cansados y eso lo está aprovechando Purkoespín para someterles. Al parece y según el anciano Thorkell la única solución es que beban de la fuente del agua prodigiosa, cuyo emplazamiento está lleno de peligros y custodiado por un gigante y un mago. Johan y Pirluit se ofrecen a ir a por ella.



Éste es uno de esos álbumes fascinantes que cuando los lees te enganchan irremediablemente. Posee un fuerte sentido de la aventura sin olvidar el humor, incorpora elementos fantásticos y ayuda a que las personalidades de los personajes se hagan más densas y se consolide su amistad y la simpatía que sentimos por ellos.

El agua prodigiosa y lo que implica para los habitantes de la aldea que la toman hacen pensar irremediablemente en Astérix. Es difícil asegurarlo, pero Peyo pudo influir a Uderzo y Goscinny, que empezaron a publicar sus aventuras un par de años después.