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Título original: La Source des dieux, 1957
De vuelta a casa tras su estancia con los vikingos Johan y
Pirluit naufragan y al despertar defienden al anfitrión que los acoge de un
recaudador que poco después llega con un grupo de hombres de un tal Purkoespín
a buscarles. Los lugareños les cuentan que desde que una bruja los maldijera
nacen cansados y eso lo está aprovechando Purkoespín para someterles. Al parece
y según el anciano Thorkell la única solución es que beban de la fuente del
agua prodigiosa, cuyo emplazamiento está lleno de peligros y custodiado por un
gigante y un mago. Johan y Pirluit se ofrecen a ir a por ella.
Éste es uno de esos álbumes fascinantes que cuando los lees
te enganchan irremediablemente. Posee un fuerte sentido de la aventura sin
olvidar el humor, incorpora elementos fantásticos y ayuda a que las personalidades
de los personajes se hagan más densas y se consolide su amistad y la simpatía
que sentimos por ellos.
El agua prodigiosa y lo que implica para los habitantes de
la aldea que la toman hacen pensar irremediablemente en Astérix. Es difícil asegurarlo,
pero Peyo pudo influir a Uderzo y Goscinny, que empezaron a publicar sus
aventuras un par de años después.