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Título original: La Flèche noire, 1959
Ya en el castillo del rey, Johan y Pirluit son testigos
de la sucesiva desaparición de varias mercaderías, lo que les hace pensar que
tiene que haber un infiltrado que comunica los viajes a ladrones en el bosque
antes de que se produzcan. Para tratar de descubrirlo se infiltran en el bosque
en un grupo de rateros e inician sus indagaciones.
Para mi gusto un ligero paso atrás. Se elude prácticamente la
aventura, la épica y el fantástico y el argumento es una mera trama palaciega como en los primeros álbumes
en la que los protagonistas se enfrentan a un
grupo de ladrones. Es cierto que la comicidad en torno a Pirluit se
acentúa (con chistes muy hispanos en la traducción española véase el "Viva er Betis manque pierda"), pero teniendo en cuenta las entregas anteriores la historia resulta un
poco menos lograda y si se recuerda sólo es porque Pirluit empieza a deleitarnos con sus cánticos plastas que van a ser una de sus marcas de la casa.