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Título original: Le Lutin du Bois aux Roches, 1956
Johan investiga un pequeño “demonio” que tiene asustadas a
las gentes en las proximidades del castillo del rey, un tal Pirluit, del que se
dice que ha raptado a la Princesa, que iba de camino hacia la fortaleza.
Pirluit no resulta ser lo que decían y la Princesa se encuentra cautiva en el
castillo de Gerardo Ganapán.
Podríamos considerar esta historia el comienzo propiamente
dicho de la saga de “Johan y Pirluit” por la introducción de éste segundo como
contrapunto cómico y pareja de aventuras de Johan. Con él los lectores ganan
interés porque en las historias a parte de las tramas medievales y el tono de
aventura se potencia la comicidad con un personaje que resulta cercano y
entrañable. Pirluit es descarado, atrevido, indiscreto, bromista...contrasta
con la figura del héroe que encarna Johan y conmueve por su fidelidad y buen
ánimo.
Peyo sigue haciendo evolucionar su estilo y a sus
personajes, que todavía no han conseguido su acabado final y va mejorando la
calidad de sus viñetas, pero lo que sí logra al unir a Johan y Pirluit es la
definitiva rendición del lector a su saga. Es decir, si los dos números
anteriores no te atrapan del todo, éste ya sí y eso que el argumento es relativamente
sencillo.